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jueves, 28 de febrero de 2013

Ya tenemos la verdad, y ahora, ¿qué hacemos con ella?


He leído una y otra vez el despacho de la agencia española EFE. Casi pudiera decirlo de memoria. Rosa María Payá, según ha dicho, ya sabe la verdad sobre el fallecimiento de su padre. Se ha verificado lo que la familia sospechaba. Ángel Carromero ha corroborado los indicios en que se apoyaban sus afirmaciones.

Ahora corresponde el turno a hacer valer esa verdad. ¿En el Tribunal Nacional Español? ¿En la Corte Internacional de La Haya? ¿En la Organización de Estados Americano? ¿En la Organización de Naciones Unidas? ¿Ante Dios en el Tribunal Divino? Los litigios humanos suelen ser largo, tormentosos, extenuantes, y raras veces se impone la justicia. La fuerza ciega del poder, los intereses de partidos políticos -en el gobierno o en la oposición-, los intereses económicos, pueden tornarlos escabrosos.

Ruego porque a Rosa María no le falte el tiempo, el aliento, la perseverancia, los amigos lúcidos, los consejeros capaces. Pero mi ruego mayor es porque un día ese litigio se pueda dirimir en Cuba con un poder legislativo separado del poder político, aunque ya los culpables no puedan comparecer para purgar sus culpas.

Aquí el despacho de EFE.

Rosa María Payá, hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, ha asegurado hoy que la muerte de su padre "no fue un accidente" de tráfico y que Ángel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del PP de Madrid, le confirmó que "un vehículo les embistió por detrás".

Payá ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa que ofreció junto a su tío, Carlos Payá, y Regis Iglesias Ramírez, miembro del Movimiento Cristiano de Liberación, en la Fundación Hispano-Cubana de Madrid, institución de la que fue socio fundador Oswaldo Payá, quien hoy cumpliría 61 años, como recordó su hija.

Rosa María ha contado que ha tenido la oportunidad de "hablar con Ángel Carromero personalmente" el pasado 16 de febrero, y que le confirmó "datos que ya sabía previamente sobre el supuesto accidente", y que "un vehículo les embistió por detrás y que les sacaron de la carretera".

La hija de Payá leyó un comunicado en el que insistió en que no se trató de un accidente.

"Hemos confirmado que no hubo ningún accidente" y que el coche en el que viajaban los dos disidentes fallecidos fue "golpeado intencionadamente" por otro automóvil, pero ese golpe no fue la causa de su muerte.

"Tenemos derecho a saber cómo murieron y quién o quiénes son responsables de su muerte", agregó.

Tras señalar que la "reconciliación" en Cuba por la que luchó su padre "necesita la verdad", pidió el apoyo "de todas las instituciones y personas que puedan ayudar a llevar a cabo una investigación internacional" sobre la muerte.

La versión que Rosa María sostiene es la de que un vehículo embistió por la parte trasera y sacó de la carretera al coche en el que viajaba su padre junto al disidente cubano Harold Cepero, también fallecido, el sueco Jens Aron Modig, presidente de la Liga Juvenil Cristianodemócrata, y Ángel Carromero, al volante.

Rosa María añade que "los dos extranjeros fueron sacados inmediatamente del vehículo" mientras que a su padre "no lo atendieron sino cuando ya estaba muerto".

"Tenemos derecho a saber cómo murieron mi padre y mi amigo Harold y no pararemos hasta conocer la verdad", insistió Rosa María, que calificó el proceso realizado en Cuba contra Ángel Carromero como "un juicio amañado".

"El trato que se le dio a Ángel en Cuba fue indignante, lo cual no fue una sorpresa para nosotros. Sí es sorprendente el que se le ha dado en España, cuando hemos dicho que es inocente y se le trata como a un condenado", manifestó.

La familia Payá "está estudiando emprender acciones legales" para esclarecer los hechos. Al ser preguntada en qué tribunal tomarían estas medidas, Rosa María dijo que "existe la posibilidad de hacerlo en la Audiencia Nacional", pero "que aún no está decidido".

Rosa María afirma que "no está demostrado el exceso de velocidad por parte de Carromero", razón por la que, según el juicio celebrado en Cuba, se produjo el accidente y la muerte de los dos disidentes.

Carlos Payá volvió a mostrar el mensaje de texto enviado por Aron Modig tras el accidente en el que cuenta que un coche les había sacado de la carretera.

"Mi padre y Harold dedicaron sus vidas a buscar un cambio pacífico en Cuba hacia la libertad y la democracia", valoró Rosa María, quien advirtió de que "este cambio solo se puede dar mediante el perdón y la verdad".

Carromero fue condenado en Cuba a cuatro años de prisión por homicidio imprudente y regresó a España el pasado 28 de diciembre, donde se le ha concedido el tercer grado, un régimen penitenciario que le permite trabajar y acudir solo de lunes a jueves a un Centro de Inserción Social de Madrid para dormir.

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